Crónica de una noche en el Ducó: una noche mística

Me junté con mi mejor amiga París horas antes del recital para poder ir juntas ya que entre nosotras es como una “tradición” ir todos los años a verlo no importa donde toque. A las 17:40 nos encontramos en la estación de subte de Malabia y Xorrientes con mis otros amigos para poder ir todos juntos. Todos estábamos vestidos muy parecidos: remeras negras, zapatillas sucias, riñoneras muy ajustadas y mucha emoción. Esa noche íbamos a ver por primera vez a YSY A en el estadio Tomás Adolfo Ducó, el mítico “Huracán”. Después de mucho viaje y diferentes combinaciones de líneas pudimos llegar a parque patricios mientras repasábamos la playlist que nos pondría en clima trap.

A las 18:00, al doblar la esquina de la avenida Amancio Alcorta, apareció la silueta inconfundible del Ducó: las calles estaban repletas de gente, una boca de túnel que escupía multitudes y bocinas, nunca habíamos visto una fila tan grande en ningún recital. Por suerte teníamos unos amigos en la fila que nos habían guardado un lugar porque si no hubiera sido por ellos nuestra entrada al estadio iba a ser desastrosa. El control fue normal: escaneo de entradas, cacheo de mochilas

A las 21:00 empezó el show.
Cuando las luces del estadio se apagaron de repente, todos empezamos a gritar y a saltar en simultáneo. No estábamos tan cerca del escenario porque al ser un grupo numeroso de pibes era complicado avanzar. Entonces aparece Ysy A, el trapero del año, presentando su nuevo disco “After del after”. El tema de abertura fue “Toda la vida” y así siguió cantando las nuevas canciones en orden, hasta que en uno de los primeros pogos se me sale la zapatilla y me vi obligada a separarme de mi grupo sin poder avisar que me iba. Entonces me quedé sola por el resto del recital. Intenté llegar lo más adelante que pude en todos los temas saltando sin parar.

A las 23:30 horas,
después de tocar sus mejores canciones y cerca del final decidí irme hacia el costado para poder acercarme más al artista. Ahí fue cuando sentí que me agarraron del brazo fuerte y asustada me di vuelta pero era París, mi mejor amiga, que por fin me había encontrado después de dos horas. Me contó que ella también se había perdido y que los demás estaban muy preocupados por mí porque pensaban que como era chiquita me iba a desmayar. De repente, mientras estábamos hablando se apagaron las luces y apareció el mítico grupo “Modo Diablo” conformado por Duki, Ysy a, y Neo pisteo. En ese preciso momento se sintió un temblor en todo el estadio mezclado de gritos y saltos. En ese momento me despedí de mi amiga y me fui corriendo hacia el pogo

A las 00:00 horas fue el cierre y la despedida. Volvió el humo y empezó un beat lento pero implacable. YSY A recitó “Tamo loco” el tema más pogero de Alejo. La multitud empezó a saltar, cada palabra vibraba en la estructura de hierro del estadio. Cuando bajó la última nota, el cantante saludó con ambas manos al cielo y se despidió: “¡Gracias, Huracán!”. El público respondió con un coro de “oooooh”.

A las 23:00 horas y exhausta por tanto alboroto, caminé por la cancha de Huracán buscando a mi grupo de amigos. Cuando los encontré me abrazaron pensando que me había pasado algo mientras yo me reía de la situación. Así fue como todos juntos salimos de la cancha que estaba rodeada de policías porque aparentemente se provocó un pequeño sismo en los edificios que estaban alrededor. Caminamos bastante para encontrar a mis papás que nos llevaron a casi todos a nuestras casas (éramos como 8 en un auto).

Así cerró una noche que para mí y mis amigos no fue sólo un recital sino una experiencia que nos marcó muchísimo hasta el día de hoy que lo recordamos y decimos que fue unos de los mejores recitales a los que hemos ido.




Por Ludmila Bombara

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