Terminar la secundaria: ¿Cómo saber qué elegir?

¿Qué hay realmente después de la secundaria? ¿Ese futuro tiene algo que ver con lo que nos cuentan, con aquello que aprendemos en el colegio?


La pregunta sobre el futuro nos atraviesa toda la vida. En la secundaria, está orientada la mayoría de veces a la vida profesional/académica y las respuestas que damos a esa pregunta suelen variar a lo largo de esos cinco o seis años. ¿Cómo saber cuál es la decisión correcta? ¿Existe tal cosa como una decisión correcta? 

 

Conozco a alguien cuya historia podría servir para encarar este tema. Esta persona fue toda su secundaria a un colegio técnico, especializado en electromecánica. Su padre era técnico, así como sus tíos; sus hermanos estudiaron en ese mismo colegio especializados en lo mismo que él y deseaban dedicarse a trabajar de técnicos electromecánicos. Cualquiera pensaría que él también querría eso e incluso él lo pensó. Así[1]  que eso hizo. Terminó sus estudios y comenzó a trabajar como técnico pero aunque le estuviese yendo relativamente bien sentía que algo estaba mal en su vida. No paraba de pensar en que los únicos ratos en los que era realmente feliz era mientras estudiaba música. Había ido a clases de guitarra y bajo toda su vida y siempre le había encantado la teoría musical, especialmente cuando podía ayudar a su profesor a enseñarselas a otras personas. Entonces se preguntó ¿Tenía posibilidad de hacer eso él también? 

 

El miedo a equivocarnos está presente toda la vida y da la sensación de que este parece ser más grande que la mayoría de los miedos que atravesamos.[2]  Tal vez por creer que es muy complicado empezar a estudiar algo distinto si ya tenemos carrera recorrida en otra área, tal vez por la presión social de recibirse "en tiempo y forma". Muchas pueden ser las razones pero es cierto que el temor a tener que cambiar de carrera es definitorio a la hora de elegir y a raíz de esto me pregunto, ¿Es realmente tan grave cambiar? En países como Estados Unidos o Chile, en los que la educación es privada, mudarse de carrera implica además modificaciones o incluso agobios en el ámbito económico. Sobre todo, en países así tiene algo más de sentido la sensación de haber "perdido tiempo" estudiando una carrera que no era la correcta, si entendemos que detrás de ese perder tiempo también hay una pérdida de plata. Viviendo en Argentina, donde gozamos del derecho de la educación pública y de calidad, ¿Qué es lo realmente malo? ¿Por qué este -equivocarse- parece ser un tema tabú para nuestra sociedad? ¿Es tan poco común? Según el indicador de Tasa de Cambio en oferta académica (TCOA) entre 2021 y 2022 el 23% de los estudiantes cambiaron de carrera en su segundo año de cursada y el 10,8% lo hizo hacia un área del conocimiento distinta de la elegida al principio, dato que se mantiene en todos los indicadores de la última década. Podríamos entonces decir que el cambiar de carrera es algo bastante más común de lo que tal vez pensábamos, teniendo en cuenta que es algo que vive casi un cuarto de la población universitaria. Incluso podemos pensar, desviándonos un poco del terreno académico, en las personas que deciden no continuar una carrera terciaria o universitaria y comenzar a trabajar ni bien salen del secundario. En 2021 los datos arrojaron que solo 1 de cada 3 argentinos cuenta con estudios terciarios o universitarios. Sin embargo, según el INDEC, el porcentaje de población económicamente activa (PEA: personas con una ocupación o que sin tenerla la buscan activamente y están disponibles para trabajar) es de un 48%. Es decir, un tercio de la población tiene estudios terciarios o universitarios y la mitad de la población trabaja o quiere hacerlo. 

 

Entonces, volviendo un poco al comienzo, ¿Qué hay después de la secundaria? En realidad no se sabe. Y es hasta soberbio querer responder esa pregunta porque sería querer ponernos a la altura de algo que parece ser más bien del orden de lo divino como el azar, el destino o Dios, dependiendo de cada quien. Lo que venga después va a depender de muchísimas cosas pero un buen indicador de si lo que estamos haciendo tiene algo que ver con nosotros somos nosotros mismos. Retomando la historia, la persona de la que hablé al principio terminó sus estudios de música y hoy en día ejerce su profesión como profesor de música y de guitarra. ¿Quién podía decirle a ese adolescente que eso que estaba estudiando en la secundaria tendría tan poco que ver con lo que haría después? Creo que lo más sensato sería intentar ser lo más perceptivos posibles con nuestras aptitudes y deseos y escuchar lo que esa vocecita en nuestra cabeza tiene para decirnos. Capaz, en una de esas, tiene razón.

 

Por: Manuela Noseda Cristobo. 


Fuentes: https://www.argentina.gob.ar/noticias/los-ingresantes-universidades-nacionales-crecieron-mas-de-67-en-los-ultimos-diez-anos#:~:text=A%20trav%C3%A9s%20del%20indicador%20Tasa,diferente%20a%20la%20elegida%20inicialmente.

 

https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/sintesis_2021-2022_sistema_universitario_argentino_1.pdf

 

https://www.lanacion.com.ar/sociedad/crisis-universitaria-carreras-largas-abandono-y-los-nuevos-adolescentes-entre-los-desafios-nid27042024/#:~:text=Con%20un%20porcentaje%20del%2013,y%208%2C4%25%20respectivamente.

 

https://www.lanacion.com.ar/sociedad/crisis-educativa-que-porcentaje-de-los-argentinos-tienen-formacion-universitaria-y-por-que-enciende-nid11122021/

 

https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/mercado_trabajo_eph_1trim2485E02B3519.pdf

 

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