El Helicoide, el infierno del que nadie habla

"La gente es electrocutada, ahogada, asfixiada y asesinada en el Helicoide" declaró Víctor Navarro, una de las múltiples víctimas que estuvieron años encerrados en el Helicoide.

El Helicoide comenzó a construirse en los años 50´s e iba a ser un centro comercial de lujo con al menos trescientas tiendas en la ciudad de Caracas, Venezuela. Pero con la llegada del régimen dictatorial de Hugo Chávez, fue dado al SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional). Y pronto se convirtió en el centro de tortura más grande de Latinoamerica.

Los presos eran llevados a la fuerza, sin una orden de arresto, allanaban sus casas y los subían a la fuerza a un camión que los llevaba al Helicoide: "Tumbaron la puerta de mi casa y entraron alrededor de 35 oficiales del SEBIN, la policía política venezolana, que obedece directamente las órdenes de Nicolás Maduro. Me lanzaron al piso, me pusieron una escopeta en la cabeza, me pegaron contra la pared. Me graban y me dicen que diga mi nombre y mi número de documento. Yo digo, Víctor Navarro. 25.510.806, es la misma forma como luego me llamaban en el Helicoide, porque buscan aún cosificarte cuando te torturan", contó Víctor Navarro, detenido en 2018.

Una vez dentro pueden pasar de seis meses a toda la vida encerrados, siendo víctimas de todo tipo de torturas:"Yo lo único que sentía era el deseo de morir para poder calmar ese desespero que había en mí. Me oriné encima y me quitaron la ropa. Uno de ellos dijo 'córtale las orejas', y yo sentí cuando me cortaron las orejas, sentí la sangre corriendo. Sentí que iban a acabar con mi vida. Me desmayé. Cuando desperté, estaba amarrado en un cuarto oscuro muy pequeño, de una forma muy maquiavélica, no me podía sentar ni parar, tenía que estar ¨semiarrodillado. En ese cuarto, duré 10, 15 días. Defecaba y orinaba ahí mismo. Luego, me llevaron a una celda, lo primero que hice al llegar fue tocarme las orejas, no me las habían cortado" dijo Antony Vegas, detenido en 2014. Otro testimonio afirmó: "Me subieron a otra habitación donde el nivel de sadismo comenzó a aumentar, la maldad comenzó a aumentar. Me pusieron periódico en las muñecas, me esposaron, me pusieron periódico en los ojos y luego me echaron teipe (cinta adhesiva). Me llené de mucho miedo. Pasaron 10, 15 minutos y me arrodillaron. Se montó un hombre sobre la nuca, otro se montó sobre mi columna y otro me agarró los pies y me dijo 'cuando vayas a hablar, mueve las manos',y me pusieron una bolsa en la cabeza. Cuando me montaron la bolsa, comienzaron a asfixiarme demasiado, y yo movía las manos desesperadamente, pero no paraban" contó el mismo.

Y esas son unas de las muchas torturas que viven los presos, quienes están encerrados de a nueve o más personas en un cuartito, donde pueden pasar días sin luz ni agua, haciendo sus heces en las bandejas donde les sirven la comida, conviviendo con el hedor, las ratas y cucarachas. No pueden ver la luz del día, recibir visitas ni escribir a sus familias, y si se les otorga el derecho a escribirles, las cartas son monitoreadas y revisadas por el SEBIN.

La mayoría de los detenidos no han cometido un delito más que el de oponerse al régimen dictatorial actual de Nicolñas Maduro, participar en protestas y ser activistas políticos. Lo cual, a los ojos de Nicolas Maduro, se considera un acto subversivo e ilegal.

Hoy en día hay más de mil presos políticos en el Helicoide viviendo un infierno del que muy pocos, fuera de Venezuela, tienen conocimiento.

Por Camila Isambert


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