El 25 de noviembre del pasado 2021, yo, Valentina Cardozo, venía de unas prácticas escolares debido a la pandemia de ese entonces y quién sabrá por qué, ese día salí media hora antes. Fue a las 13:10, que mi mamá me llamó para comunicarme lo que en ese entonces era un rumor, ni más ni menos que el fallecimiento del 10 eterno: Diego Armando Maradona. La noticia se sabía desde las 12:45 horas pero nadie, ningún portal queria tirar esa primicia, ya que de ser falsa sería algo irremontable para el programa, radio, o carrera de quien lo hiciese. Finalmente alrededor de las 14:00 horas ya era un hecho.
Por días, semanas y hasta meses, nos encontramos con una Argentina conmovida y con un ídolo que ya no estaba entre nosotros. Canal que prendías, canal que hablaba de "El Diego".
Fue algo muy fuerte ya que más allá de la vida privada de Diego Maradona, detrás de la televisión se encontraban generaciones llorando a moco tendido, conmocionadas, y sorprendidas como pocas veces.
El país no fue el mismo, Diego no estaba mas entre nosotros. Demostraba así ser un mortal como todos, a pesar de que se lo pensaba invensible. La Argentina no volvió a vivir el fútbol de esa manera nunca más, hasta que el año pasado logramos levantar la copa del mundo, por y para Diego, por y para el pueblo argentino.
El país no fue el mismo, Diego no estaba mas entre nosotros. Demostraba así ser un mortal como todos, a pesar de que se lo pensaba invensible. La Argentina no volvió a vivir el fútbol de esa manera nunca más, hasta que el año pasado logramos levantar la copa del mundo, por y para Diego, por y para el pueblo argentino.
Por Valentina Cardozo
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