¿Amor o violencia? Dos extremos tomados de las manos - Nota de opinión

 "Yo creo que una mujer debe ser libre de comportarse como ella decida, para definir quién quiere ser y no pretender ser alguien más"

Lo vemos en películas, series y documentales, leemos sobre este mismo tema en artículos, libros y novelas, perfectamente nuestras amigas, hermanas y madres pudieron o sufrieron este tipo de violencia alguna vez a lo largo de sus vidas. Hablo de la violencia dentro del ámbito amoroso, de la pareja.

En esta nota quiero centrarme en las mujeres jóvenes como las principales víctimas de la misma. Según la Organización Mundial de Salud (OMS), una de cada tres mujeres son víctimas de algún tipo de violencia estando en una relación. Y según un reporte del BID, muchas jóvenes tienden no solo a reconocer la violencia física, sino también el abuso sexual y psicológico, normalizando comportamientos controladores por parte de su pareja como por ejemplo, dictaminar la vestimenta, decidir con quien pueden hablar o quien no, revisar sus celulares y redes sociales. Lo ven como un acto de amor.

"Empezó quitándome el móvil. Luego me compró una tarjeta nueva para que yo no hablase con mis amigas", "Quería que solo lo tuviese a él en WhatsApp. En el instituto, tenía que mandarle fotos cada cinco minutos para que viera que estaba en clase", dijo anónimamente una chica de 17 años. Prohibir a tu pareja hablar con sus amigos, querer corroborar cada tanto tiempo en dónde se encuentra, los celos desmesurados, son solo una de las tantas formas en las que una mujer puede estar metida en una relación abusiva.

Otro caso es el de Mercedes, que vende comida en un puesto callejero de San Salvador quién declaró que su primer hijo fue producto de una violación, que su pareja la violenta físicamente y amenaza constantemente con matarla: dice que no puede dejarlo, que no tiene a dónde ir. "Me encerraba, me quiebra los teléfonos, ahora no tengo teléfono porque lo tiró" declaró. Cuenta que una vez la golpeó hasta romperle la nariz y empezó a estrangularla hasta casi asfixiarla.

Viene desde un insulto que se vuelve un apodo constante, un golpe y un perdón, una excusa: me provocaste, no vuelvas a vestirte de esa forma, no vuelvas a hablar con él. Y nos quedamos, porque no tenemos a dónde ir, no tenemos a nadie más, decimos, va a cambiar, es amor, él me ama.

Y ahora las preguntas que debemos hacernos todos, hombres y mujeres son: ¿Esto es amor?; ¿Amor es un golpe?; ¿Un abuso?; ¿Amor es un insulto?; ¿Siente celos porque me ama?; ¿Me controla porque me ama?; ¿Me golpea porque me ama? La violencia no va de la mano con el amor, el amor no duele. El amor no hace sufrir, no te golpea ni te maltrata.




Por Camila Isambert







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