Crónica de un video viral_ “Eduardo vení a buscar a Juan Cruz”

Esta viralización arrancó con un Tweet de Madrazo, quien estudia Diseño de Imagen y Sonido y se dedica a recopilar vídeos curiosos de la Ciudad y sube un resumen de lo que encuentra una vez por semana. Esa semana estaba en el lugar de los hechos y decidió grabarlo sin pensar en que sería furor.

Un nene llamado Juan Cruz se perdió en San Telmo, en la plaza Dorrego la tarde del sábado 20 de agosto. Una mujer se acercó a un hombre que se llama Rubén (de pantalón blanco y remera azul del PSG con la 30 de Messi) con la intención de comentarle que había un nene que no encontraba a su papá. Este accionó subiéndolo a sus hombros y aplaudiendo, como se suele hacer en las playas en casos como este. La multitud se sumó a esto aplaudiendo y gritando el nombre del padre del chico perdido que es "Eduardo". Juan Cruz mientras tanto estaba llorando arriba de los hombros de este hombre. Rubén, ve que había una banda de rock, Ultimatum, que estaba tocando a la gorra y decidió acercarse para pedirles a los músicos que usaran sus micrófonos para convocar al padre del niño perdido. El cantante de la banda, Pablo Krauss, cedió y dijo; "Reitero, Juan Cruz está acá, en el centro de la plaza, donde están los músicos tocando. Eduardo, por favor, el padre, que se apersone". A su lado, Harry Barcia, guitarra y voz de la banda, no podía aplaudir, pero sí gritar Eduardo con muchas "a". Ese tono desesperado, inspiró al cantante a ponerle "onda" al suceso diciendo: "Eduaaaardo, ¿dónde estás Eduardo?", arrancó con esta oración para darle paso al estribillo definitivo: "Eduardo, vení a buscar a Juan Cruz". Esta "canción" hizo que la gente que estaba en la zona se anime a cantar este estribillo que se volvió pegadizo, lo que generó masividad y de un segundo a otro había una multitud de gente cantando como si estuvieran en la cancha.  Pocos minutos después, apareció el Eduardo en cuestión para abrazar a Juan Cruz y calmar su llanto. Todos ovacionaron el reencuentro. La historia viral terminó, pero el show siguió.

Por Antonella Flores