La copa del escándalo


En el año 2019, y luego de la polémica copa américa disputada en Brasil, se determinó que la próxima Copa que se disputaría en 2020, sería llevada a cabo en 2 sedes, Argentina y Colombia.

Llegó el 2020 y la pandemia paralizó al mundo, esto también incluyó al fútbol, por lo que se imposibilitó la realización del torneo y se pospuso para el año próximo.

Pasaron los meses y arribó el año 2021, en mayo, se desató en Colombia una crisis política y social. Un proyecto de reforma tributaria desató movilizaciones en todo el país donde hubo una fuerte represión y varias muertes. Pese a todo esto, el fútbol continuó activo y se llevaron a cabo varios partidos de Copa Libertadores y Copa Sudamericana, ignorando la situación. En estos partidos, se podían escuchar las manifestaciones de fondo, bombas de estruendo, y hasta se llegaron a parar varios partidos por los gases lacrimógenos. A pesar de todo lo que estaba sucediendo, el gobierno colombiano estaba dispuesto a organizar la Copa América, pero la CONMEBOL no lo permitió.

Es así, como Argentina se hizo cargo de la organización entera del torneo. Esto provocó el descontento de muchísimos argentinos, que presionaron en las redes sociales para que los partidos no se disputen aquí debido a la complicada situación sanitaria. Días después, se dio a conocer que el gobierno argentino se bajó de la realización del histórico torneo.

Finalmente, ante la falta de sede para la disputa del torneo de selecciones más antiguo del mundo, apareció en el último momento la vieja confiable: Brasil. El gobierno brasileño se puso a disposición y organizará por 2da vez consecutiva el torneo continental. La población carioca, expresó su descontento con las autoridades locales, ya que la situación sanitaria en Brasil no es ni mucho menos la mejor. El descontento no fue solo de la población local, sino que hasta el plantel de la selección brasileña expresó su disconformidad, el entrenador de la verdeamarela Tite, declaró en contra de la CONMEBOL y de la realización del torneo. Poco le importó a los políticos Brasileños, y la Copa América tendrá sede nuevamente en el país de la samba y el carnaval.

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