Cada sensación sigue allí - No hay escuelas vacías ✏️


por Lucila Pérez Mingrino - 1ro Adm


¿Alguna vez te encontraste solo en un escuela vacía? Algunos piensan que no hay nada más aburrido y silencioso que una escuela vacía.

Sin embargo, al caminar por los pasillos todavía se pueden oír niños apurados por salir al recreo, conversando entre ellos o gritándose a metros de distancia. Al mismo tiempo se observan los rastros de maestras intentando poner orden para que nadie se lastime.

O si entras a las aulas, aun se escuchan a los profesores explicando uno de sus tantos temas y alumnos haciendo mil preguntas (o asintiendo con la cabeza, suponiendo que entendieron).

En el salón de actos, si prestas atención, todavía se oyen los guiones y cantos del 25 de Mayo y con suerte, alguna cámara de fotos capturando ese momento único, padres emocionados y docentes orgullosos.

Si te encuentras en un patio, se pueden sentir las vibraciones del suelo al rebotar las pelotas, o los suspiros de enojo o frustraciones de los alumnos al perder en el “quemado”.

Las escuelas nunca estarán vacías, porque guardan todos aquellos recuerdos y momentos que se fueron acumulando a lo largo de los años. Cada sensación sigue allí, rondando por las altas paredes de cada escuela.

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