Entrevista al profesor Mariano Garreta Leclercq: “Solemos tener dificultades para articular correctamente lo que pensamos”

La juventud, y todos en general, deberían ser más conscientes de lo mucho que está involucrada la ética y la moral en nuestra vida cotidiana.

Mariano Garreta Leclercq, nacido el 12 de diciembre de 1971, es Doctor en Filosofía de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Profesor Regular del Departamento de Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA a cargo de las materias Ética y Problemas Especiales de Ética. También es miembro del Comité Editorial de la Revista Latinoamericana de Filosofía, ha participado como investigador y director de proyectos de investigación de la UBA, el CONICET y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.
Además de esto es Investigador Adjunto del CONICET y autor del libro “Legitimidad política y neutralidad estatal: sobre los fundamentos del liberalismo” y de numerosos artículos publicados en volúmenes colectivos y revistas nacionales e internacionales; como por ejemplo: “AnEpistemicArgument in support of Liberal Neutrality”, de Canadá; “Democracia deliberativa y justificación mutua” y “Liberalismo político, justificación pública y verdad”, ambas de España; entre otras.

- ¿Cuál es la diferencia entre ética y moral?
- Desde el punto de vista de la etimología de las palabras, ética y moral significan lo mismo. (…) En los dos casos los términos hacen referencia a las costumbres. En filosofía suele, sin embargo, reservarse el término ética para hacer referencia a la disciplina filosófica que tiene por objeto de estudio a la moral. Es decir a las creencias y juicios de la gente acerca de lo bueno, lo malo, lo justo y lo injusto, lo que es digno de aprobación y elogio o de desaprobación y crítica. La ética entendida como disciplina filosófica tiene varias ramas. Quizá la más importante históricamente es la ética normativa. La ética normativa aspira a ofrecer justificaciones racionales de nuestros juicios éticos cotidianos, criterios de revisión, crítica de nuestras creencias y juicios morales. Las dos preguntas tradicionales de la ética normativa son dos. ¿Cómo es necesario que viva mi vida? o, dicho de otro modo, ¿en qué consiste una vida buena?, es decir, una vida que valga la pena vivir. Esta es la pregunta característica de las éticas de la antigüedad: Platón, Aristóteles, los estoicos, los epicúreos, etcétera. La otra pregunta, que es característica de la ética de la Ilustración y, en general, de la modernidad se refiere a las obligaciones interpersonales. El problema es qué obligaciones tenemos los unos para con los otros, al margen de lo que creamos acerca de qué es una vida buena. Esta es la pregunta que abordan Kant y los utilitaristas.

- ¿Cuál es la inclinación dentro de la ética que te dedicas?
- Diría que lo que yo hago se encuadra, aunque no de forma estricta, dentro la tradición kantiana. Igualmente el filósofo que más ha influido en mi formación es John Rawls. Un filósofo norteamericano contemporáneo especializado en el problema de la justicia social que publicó en 1971 un influyente libro titulado, simplemente, “A theory of justice”. Más que Kantiano, debería decir que soy rawlsiano.

- ¿Nos podrías explicar la diferencia entre ética y moral?
- Creo que ya está respondido en la primera pregunta. Puedo agregar que algunos filósofos como Hegel hicieron otra distinción entre “moralidad” y “eticidad” que tuvo significativo impacto. Hegel identificó la moralidad con la concepción del fenómeno moral, centrado en la idea de obligación, de la teoría de Kant y propuso como concepto superador el de eticidad.

- ¿Qué filósofos mencionarías como referentes dentro de la Ética específicamente y en la filosofía en general?
- Hay muchos filósofos del pasado y contemporáneos que han hecho aportes significativos. Las tres tradiciones más importantes en ética normativa son la ética de la virtud aristotélica, la ética kantiana y el utilitarismo. Pero hay que mencionar a muchos otros. Antiguos, por ejemplo, además de a Aristóteles, Platón y Sócrates, a Epicuro, los Estoicos como Séneca y Epicteto. Modernos, además de Kant, Beentham y Mill, a Spinoza, Hume, Hobbes y Locke. Contemporáneos, además de a John Rawls, a Jürgen Habermas, Ronald Dworkin, Thomas Scanlon, Chales Taylor, AlasdairMacIntyre, Thomas Nagel. Bueno, hay muchos que merecerían ser nombrados. En argentina Carlos Nino y Osvaldo Guariglia fueron figuras importantes para la disciplina, al menos a nivel local.

-¿Cuáles son a grandes rasgos los argumentos que planteás en tu libro “Legitimidad Política y Neutralidad Estatal”?
- La meta del libro es refutar el perfeccionismo estatal. Es decir, la idea, simplificando un poco, de que la mayoría de la población tiene el derecho de promover a través del poder político sus creencias morales sustantivas preferidas acerca de en qué consiste una buena vida. La idea es defender la libertad de los individuos para elegir sus planes de vida libremente –aunque no les gusten a otros ciudadanos, aunque no les gusten a la mayoría–, dentro del respeto por un esquema de derechos igual para todos. La idea básica del argumento central del libro es que no es posible, en condiciones de pluralismo ideológico como las que caracterizan a las sociedades modernas, ofrecer una justificación pública apropiada de políticas perfeccionistas.

- ¿Qué es la bioética?
- La bioética es una rama de la ética normativa que se ocupa de los problemas morales específicos que genera, por ejemplo, la investigación médica en seres humanos y el tratamiento médico, los nuevos desarrollos de la biología y suimpacto sobre nuestras vidas y, en general, nuestras relaciones, como sereshumanos, con otros seres vivos. No soy especialista en el tema, de modo que no puedo decir mucho, porque, en realidad habría mucho para decir, dado que es un área sumamente importante de la ética que se ha desarrollado mucho en las últimas décadas.

- Cuando un candidato contradice sus posturas de campaña, por las cuales fue elegido, con su accionar en el ejercicio del cargo en cuestión; ¿no resiente seriamente la naturaleza de la democracia?
- Intuitivamente todos responderíamos que sí, que está mal y que implica un mal funcionamiento del sistema democrático. Sin embargo no es una cuestión tan fácil. Algunos podrían aducir que las autoridades elegidas democráticamente tienen derecho a modificar sus puntos de vista frente a nueva información y cambiar de postura si llegan a la conclusión de que lo requieren las circunstancias. No todos piensan la representación cómo una suerte de contrato definitivo en que el representante tiene que reflejar pasivamente la voluntad del electorado. Hay casos en que claramente está mal no hacerlo y constituye una suerte de estafa, pero los funcionarios políticos pueden cambiar de posición, creer honestamente que sus nuevas posiciones son mejores para promover el bien común que las que propusieron en campaña y obrar en consecuencia. Por supuesto, parece razonable exigir que justifiquen públicamente esos cambios de posición y los expliquen y sean sensibles a la respuesta de la sociedad frente a sus acciones. También es importante que existan los mecanismos institucionales para que si esto pasa los ciudadanos puedan quitar su apoyo a los gobernantes e impulsar un cambio en sus políticas.

- ¿Cómo hacer que sea interesante para los jóvenes?
- Todos estamos interesados en los problemas morales. Hacemos juicios morales todo el tiempo y normalmente pensamos que no reflejan meramente gustos o preferencias subjetivas, sino que hay buenas razones para defenderlos. Sin embargo, cuando debemos justificar nuestros juicios frente a la crítica o el desacuerdo de los otros solemos tener dificultades para articular correctamente lo que pensamos. Conocer las respuestas que dieron los filósofos tiene que interesarnos a todos, dado que aunque todas esas respuestas son y serán siempre objeto de controversia, nos dan la oportunidad de revisar nuestras posiciones con mejores herramientas conceptuales y producir mejores argumentos a favor de nuestras posiciones o de reflexionar y cambiar esas posiciones.



Por Abril Ciraolo

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